Para sufrir la represión laboral, hoy por hoy no hace falta llevar a cabo una labor sindical más o menos intensa. Basta con que se den cuenta de que conoces tus derechos y comiences a reclamarlos. Es lo que le sucedió a un compañero el año pasado.
Debe ser que empezó a ser molesto para la empresa, porque comenzaron a pasar «cosas»: insinuaciones de que incumplía sus obligaciones, amenazas veladas de despido, llamadas al despacho del jefe… Los típicos recursos del empresario para amedrentar al personal. Lo que no sabían es que nuestro compañero estaba informado, organizado y respaldado por su sindicato, por lo que no se iba a dejar engañar.
En esa sucesión de acontecimientos, la empresa quemó un último cartucho intimidatorio: una sanción de empleo y sueldo comunicada con mucha retórica pero sin ningún contenido. Aprovechando los días libres que le habían impuesto, se puso en contacto con nuestra abogada, que lo vio claro, y entre los dos prepararon la demanda que recientemente ha dado lugar a la devolución de 9 días de sanción por parte de la empresa.
Estas situaciones se dan más a menudo de lo que creemos. No cedas al chantaje. Conoce tus derechos, organízate y no dudes en consultarnos. Cuenta con CNT.
