La experiencia que he obtenido durante años militando en la CNT, ha sido buena y se puede calificar como demandadora y luchadora. He ganado a la patronal unos cuantos juicios, así como unas cuantas denuncias ante la Inspección de trabajo.
El mutuo apoyo encontrado entre los compañeros y compañeras del sindicato me ha sido estupendamente favorable. A través de ellos y ellas he encontrado el apoyo suficiente para salir adelante, tanto a nivel personal como a nivel reivindicativo.
He aprendido a llevar conmigo el convenio colectivo y el estatuto de los trabajadores. A estudiar las denuncias que tenía que poner en la inspección de trabajo. A comparar las horas laborales que menciona mi convenio colectivo con las horas que realizo en mi puesto de trabajo. He aprendido a realizar un tira y afloja con el empresario o empresaria para que, en medida de lo posible, no salir perjudicado por la empresa. He aprendido a ceder en algunas ocasiones para observar hasta donde llega. He aprendido a preparar mi defensa ante la inspección de trabajo. He aprendido que a través de la solidaridad y la acción esta la fuerza.
Hasta el día de hoy todo lo conseguido ha sido lo siguiente:
Reducción de jornada laboral de 48 horas a 40 horas semanales. Librar los fines de semana. Disponer de tres días libres cada dos semanas entrando la semana anterior un día antes a trabajar. He conseguido el tablón sindical, un sillón, una calefacción y ropa de trabajo.
La patronal ha aprendido a tenerme respeto. Un respeto que parece que se va perdiendo cada vez que me callo y observo, aunque esto es otro cantar, un cantar, que aún está por ver.
Considero a la CNT un sindicato para la luchar, una herramienta imprescindible de lucha. Si nos tocan a una, nos tocan a todos.
Un cordial saludo fraternal y libertario.
Antonio.