Es la hora de despertar.

«El/la que no se mueve no escucha el ruido de sus CADENAS».

La prensa nos señala y el estado dispara.

Somos anarquistas, enemigxs del estado, enemigxs de la sociedad antipersonal que nos domina, sociedad totalmente desnaturalizada, en la que semejantes con uniforme golpean y te llevan a situaciones de vida o muerte por intentar dejar atado el juego del sistema establecido y su pilar más preciado: el capitalismo.

Un sistema que nos quita nuestros derechos más básicos y nos obliga a los deberes más atroces. Es hora de despertar. Nosotrxs no creemos en una utopía, creemos en la realidad. Asumamos lo que hace más de doscientos años fuimos, con las revueltas obreras y las luchas por los pocos derechos que conservamos.

Durante estos últimos años volvemos a ser noticia a través de montajes quijotescos, tales como Ciutat morta, Operación Pandora, Operación Piñata, caso Scala, terrorismo, atentado… Nos criminalizan de mil formas, pero eso ha hecho ver que reconocen el miedo que nos tienen, que somos una alternativa real a su orden establecido. FIES, penas de muerte disfrazadas de cadena perpetua, nueva ley antiyihadismo, herramientas para tener a las personas con miedo. Abramos los ojos de una vez, no tenemos que aguantar siempre las derrotas y dejar cosas en el olvido.

Triste es que millones de personas den auge al «pan y circo» con telebasura, y se haga callar la voz del pueblo. Nos detienen ilegalmente, nos toman filiación ilegalmente para que llegue una carta firmada por Cristinazi Cifuentes, la misma que alardea con una bandera republicana en su despacho. En definitiva, todo queda en silencio. Apuntadxs en listas antiterroristas.

Buena prueba de su campaña es el surrealista titular de s periódico afín, El Mundo: «Ascienden a 15 los anarquistas detenidos e Interior dice que pretendían ‘sembrar el terror’». Es tan alarmantemente cuestionable quién siembra el terror, que bastaría con recordar las escenas que lxs asombradxs turistas vivieron tras la pasada Marcha de la Dignidad el 21de marzo, por el centro de Madrid. Cuando un ejército de policías armadxs hasta los dientes tomaron el centro de la ciudad.

Si no hay terroristas, habrá que inventarlxs. Ese es el mensaje principal que la recién aprobada Ley Mordaza envía a sus mecanismos de represión (policía, jueces, medios del régimen…).

Sin esperar a esa antidemocrática ley, la policía y sus estructuras represivas e inventaterroristas ya se había lanzado a detener sin ton ni son, ni explicación lógica o documental alguna, a jóvenes alternativxs por el mero hecho de encajar en su retrato robot “antisistema anarquista” inventado. Así se detuvo a dos jóvenes chilenos acusándolos sin pruebas de haber puesto bombas en la Basílica del Pilar y la Almudena. En ese ánimo se desató la inexplicable Operación Pandora, que los medios intentaron hinchar hasta hacer temer a la población una nueva amenaza terrorista de anarquistas. Casualmente, las jaurías policiales acabaron en el mismo sitio de siempre: Vallecas. Como atestigua el titular: «15 detenidos durante un registro en Vallecas, en el marco de la Operación Pandora».

A este delirio le siguió la Operación Piñata, de la que hoy sabemos que ascienden a 38 lxs detenidxs en la Operación Piñata. 14 detenidxs por resistencia y desobediencia ya están en libertad con cargos. Otrxs 11, acusadxs de usurpación. Lxs 13 acusadxs de pertenencia a banda terrorista pasaron a disposición judicial con un resultado de 4 de ellxs en prisión «preventiva». Por supuesto, los medios del régimen no cuentan nada de esto y hablan de modo ambiguo y difuso de “terroristas anarquistas” pertenecientes a “Grupos Anarquistas Coordinados (GAC)” (la mayor invención del régimen desde los filoterroristas escraches) o de la “magnífica labor policial”.

En concreto, la reforma del artículo 573 del Código Penal establece como delitos terroristas los «desórdenes públicos» u otros contra el patrimonio si con ellos se pretende «obligar a los poderes públicos a realizar un acto o abstenerse de hacerlo» o, simplemente, «alterar gravemente la paz pública». Estas son las acciones y grupos susceptibles de ser investigados, detenidos, juzgados y condenados por terrorismo a partir de la reforma acordada por el PSOE y el PP.

No explican, por supuesto, que se han permitido derribar puertas, incluso fachadas enteras, e invadir moradas sin permisos judiciales (que les han sido requeridos insistentemente y ni se han dignado a contestar), o invadir barrios enteros para crear un sentimiento de alarma y terror que no existía antes (a eso se le llama terrorismo «crear terror en la población»). Es un paso más en la caza de brujas antifascistas que llevamos sufriendo los últimos años.

Y es que desde hace unos años se ha desatado una caza de brujas, acompañada de una promoción de grupos fascistas –especialmente en zonas obreras de Madrid– que está saltándose todos y cada uno de los filtros democráticos que tanto trabajo costó levantar. De paso sirven para presentar las nuevas tecnologías represivas como absolutamente necesarias y por el bien de la ciudadanía.

Mencionar también a lxs ciberactivistas en la red, que han traspasado la línea(su) según el actual Código Penal. Ellxs también tienen su apartado en la reforma del artículo 573. Los delitos que ejecutan pasarán ahora a ser terrorismo «cuando se cometan con alguna de las finalidades descritas en el apartado anterior», es decir, para obligar a los poderes públicos a realizar algo o a dejar de hacerlo, alterar gravemente la paz pública o «desestabilizar gravemente el funcionamiento de una organización internacional».

Esta última intencionalidad, aplicable no solo a lxs hackers, adquiere cierta relevancia cuando se habla de ellxs. En el caso de que unx o varixs decidan asaltar los archivos informáticos de, por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional, estarán incurriendo en un delito de terrorismo, según la próxima legislación. Esto incluye las redes sociales. Encarceladx y pensandx por opinar de ciertos temas.

Y ante todo esto…. ¿escondernos?? ¿Por qué? Dudar de nosotrxs mismxs es dar ventaja a esxs que nos recortan, encarcelar, desahucian, roban, asesinan… Sólo se da un paso atrás para coger impulso.
Para construir hay que destruir, hemos de tenerlo claro.

Ya estamos hartxs de escuchar a políticxs mintiendo, yo de ver a personas obedeciendo.
«Unos ojos te ven y unos oídos te escuchan, ese es el precio del que lucha.»

Solidaridad con los presxs políticos.
Abajo los muros que encierran a nuestrxs hermanxs.

La acción directa no es violencia, es la autodefensa real que la revolución social debería utilizar. No delegacionismos políticos y votos cada 4 años porque «votando ejerces un derecho pero pierdes los demás».

Lo que ha unido la anarquía, que no lo separe el tiempo.
Somos aquellxs que nunca se arrodillan.

¡¡DEJEMOS DE PEDIR Y EMPECEMOS A CREAR!!

Salud y anarquía.

Sr. F.

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